sábado, 18 de febrero de 2012

Embarazo adolescente

Embarazo adolescente :¿sinónimo de madre improvisada?


Los adolescentes de hoy en día cargan sobre sus hombros los males de la sociedad moderna. No todos los embarazos  de madres adolescentes fracasan en la misión  de construir la personalidad de sus hijos. pero... en la mayoría de los casos existen grandes fracasos, frustraciones, inexperiencias porque ser madre es un trabajo inmenso, que exige el esfuerzo de todos los días de la vida y la obra paciente de los años.
Las madres modernas deben de estar preparadas .Antes parece que todo cooperaba a la formación de una juventud fortalecida.


...Desde e primer día que me enteré de que estaba embarazada, surgieron los primeros obstáculos. Experimenté muchas inquietudes, miedos y temores y lloré muchísimo porque debía enfrentarme a mis padres y darles la   noticia.
Reconozco que tuve poca orientación, o presté poca atención a los consejos de mi familia o a los de la profesora del liceo.
Una noticia que debía de festejarse con alegría resultó la peor de las situaciones en la familia. Al principio ,antes de develar mi situación me cuestioné:

¿Qué iban a pensar los demás?
¿Qué dirán los demás?
¿Qué ejemplo sería yo para los demás?

Yo no vivía conciente de que un día podría ser madre. Pero no es que me molestara lo que pensaran los demás como a mi familia, sino que pensaba yo, ¿que haría yo? era lo que me carcomía por dentro.
El temor de mi familia es que yo iba a ser “una madre improvisada.”
Me llamaron irreflexiva, inconsciente, e irresponsable. La casa se transformó en un tribunal de justicia y repiquetean hasta el día de hoy advertencias dolorosas como la de cómo iba a criar a mi hijo, como los iba a mantener o si yo misma sería un buen ejemplo para él.
Al principio, pensé que todo era exagerado y que yo podría conseguir un trabajo, dejar los estudios y criar a mi hijo. Hasta pensé que el padre de mi hijo también me acompañaría en esta situación. Pero los meses fueron pasando, y tuve momentos de amarguras, soledad e incertidumbre agobiante.
Atrás quedaron mis salidas con amigos, el liceo y mis ilusiones y que no todo era como en las telenovelas. Empecé a darme cuenta que todo había cambiado y comencé a darme cuenta del verdadero sentido del problema.
Hoy puedo decir que tuve una familia que me apoyó y ya no puedo decir que mi caso fue una tragedia.
Ahora después de dos años, tuve que aprender muchas cosas, una de ellas creo que la más difícil  fue el saber renunciar.
Ya no soy la hija mimada sino la madre que duerme poco porque su hijo llora cuando le duele algo, la autoridad para vencer los caprichos de su hijo y pensar e que futuro puedo darle.
Ahora entiendo a mis padres cuando me hablaron. ¡Cuanto temor sintieron por la situación ¡.¡Que verdades decían!.

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